sábado, 19 de febrero de 2011

Cartas ficticias de nuestros mayores (2º B)

Los alumnos y alumnas de 2º de ESO, se han convertido en reporteros. Han cogido su bloc de apuntes, su bolígrafo y algunos incluso su móvil(para poder grabarlos). Han entrevistado a ancianos de la localidad, abuelos, abuelas, padres o madres....
Algunas de las entrevistas han sido estupendas: nos traen recuerdos de otros tiempos, anécdotas divertidas, costumbres de aquí y de otros lugares del mundo...
Tras la entrevistas, hemos imaginado que estas personas a las que hemos entrevistado nos han escrito una carta, contándonos cómo era su vida cuando ellos y ellas tenían vuestra misma edad (unos catorce o quince años).
Publicaremos pronto algunas de estas entrevistas (las Elisabeth, John, Fatiha y Ahmed de 2ºESO A) pero hoy queremos mostraros algunas de estas cartas ficticias: las escritas por Nuria, Elisa y Dani de 2º ESO A y las de Paula y Alfonso de 2º de ESO B.
¡Enhorabuena a los cinco por el buen trabajo realizado y ánimo a los que están terminando los suyos que publicaremos pronto!

A continuación os ofrecemos las dos cartas de 2º ESO B que hemos seleccionado.
Cebreros, a 18 de enero de 2011

Querida Paula:

Me gustaría contarte en esta carta cómo era mi vida, cuando yo tenía la misma edad que tú tienes ahora. Muchas cosas han cambiado desde entonces. Como ya sabes, nací en Cebreros, hace ya 68 años. He vivido en este el pueblo toda mi vida.

Cada día me levantaba muy pronto, a eso de las ocho de la mañana. Me aseaba un poco y me iba a la escuela, si tenía que ir ese día, y si no, me iba con mi madre a un huerto que teníamos. Cogíamos: tomates, lechugas, garbanzos, patatas… Volvíamos a casa sobre la hora de comer. Luego si tenía escuela, pues volvía a ir, y si no me iba a catequesis. Al volver de catequesis si quería salir más tarde, mi madre me decía que tenía que ayudarla a hacer las tareas de casa. Cuando las hacía salía a la calle con las amigas. Me acuerdo que jugábamos a la comba. Nos gustaba mucho. En ocasiones nos íbamos al cine. El cine era de estos que hay por la calle, el ``cine de verano´´. Allí nos divertíamos mucho. Al llegar la noche nos íbamos a casa a cenar, después a la cama.

Muchos de los trabajos de entonces se realizaban de manera muy diferente a como se realizan ahora. Por ejemplo: hacer las tareas de casa. Antes no había ni aspiradoras tan modernas ni fregonas, entonces teníamos que barrer. También, el lavar se realizaba de manera distinta. Como no había lavadoras, las mujeres nos teníamos que ir al río o a la fuente del pueblo.

Los días de fiesta eran días especiales ya que se festejaban las fiestas en honor a nuestra patrona la Virgen de Valsordo. Las fiestas más importantes eran as de agosto, en los días 14, 15 y 16. Y el día 25 de julio (Santiago). En ellas se bailaba la jota típica del pueblo y se tocaban instrumentos como el saxofón, la batería, la trompeta, el trombón…Lo que más me gustaba hacer cuando tenía tu edad era salir con mis amigas y sobre todo a dar un paseo y hablar con ellas. Entonces, como no había televisión, nos divertíamos saliendo a la calle y jugando a lo que hubiera en ese momento.

Recuerdo alguna canción de aquella época por ejemplo un villancico que me cantaba mi abuela cuando era pequeña y era así:

Los soldados en campaña
no tenemos navidad.
Son de plomo los confites,
y de hierro el mazapán.
Anda Machindango,
métete en jaleo,
a ver si te mandan
donde está Mateo.
A Máximo Gómez
lo mandan también,
¡ay que bien juntitos van a estar los tres!

Para terminar esta carta me gustaría contarte la siguiente anécdota: cuando yo era pequeña e iba con mis amigas a dar paseos en el verano, cogíamos un trozo de teja, y con la brea de las carreteras, nos lo pegábamos en los zapatos y nos hacíamos tacones. ¡Era muy divertido!

Recibe un afectuoso saludo de tu abuela,

Piedad Terleira



Cebreros, a 17 de Enero de 2011


Querido Alfonso,

me gustaría contarte en esta carta como era mi vida, cuando yo tenía la misma edad que tú tienes ahora. Muchas cosas han cambiado desde entonces. Como ya sabes, nací en Cebreros , hace ya 78 años. He vivido en El Espinar y en Cebreros.
Cada día nos levantábamos a las 7:00 de la mañana para ir al campo a sarmentar y a podar. Muchos de los trabajos de entonces se realizaban de manera muy diferente a como se realizan ahora. Por ejemplo antes se cavaba a mano y ahora con máquinas.

Los días de fiesta eran días espaciales ya que por las noches se bailaba y se cantaba .Las fiestas más importantes eran las de los carnavales y las fiestas de agosto. Lo que más me gustaba hacer cuando tenía tu edad era cantar y jugar a la peonza.

Recuerdo muchas canciones de aquella época, como por ejemplo las canciones de los carnavales o villancicos navideños, que también se cantaban en las fiestas de agosto. Cuando más cantábamos era después de cenar.

Conozco algún trabalenguas que me gustaría enseñarte:
En el prado verdín hay un potrín
con la cola blanca y negra la clín.
El que diga tres veces
en el prado verdín hay un potrín
con la cola blanca y negra la clín
se le regalará un potrín
con la cola blanca y negra la clín.

Me gustaría hablarte ahora de un baile típico de mi pueblo. Se trata de la jota: es un baile tradicional de Cebreros en el que la banda de música toca la jota y la gente del pueblo baila en un corro grande alrededor de la plaza.

Para terminar esta carta, quiero contarte la siguiente anécdota. Cuando yo tenía catorce años, más o menos como tú, y mi hermano once años o doce, no recuerdo muy bien, mi madre preparo unos mantecados sin que yo y mi hermano nos enterásemos. Un tío mío me contó que mi madre había echo mantecados pero yo no me le cría por que en aquellos tiempos había muy poco dinero y mucha hambre. Mi madre lo guardó en la despensa con llave para que mi hermano y yo no los pudiéramos coger. Yo olía un olor a mantecados a través de la cerradura y para cogerlos lo que hacía era quitar los pérnios de la puerta para poder cogerlos y una vez que los cogía volvía a poner los pernios. Cada día que me iba al campo con mi hermano cogíamos muchos mantecados. Un día que mi madre los fue a sacar para comerlos se dio cuenta de que no quedaban ninguno mi madre se enfadó muchísimo y salió detrás nuestra con una escoba.

Recibe un afectuoso saludo de tu abuelo










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